¿Qué son las patas de gallo?
Las patas de gallo son pequeñas arrugas que aparecen en el extremo exterior de los ojos, generalmente debido al movimiento del músculo subyacente del ojo, llamado orbicularis oculi (1), que forma una elipse alrededor del ojo para permitirnos cerrar los párpados o entrecerrar los ojos.
¿Por qué aparecen las patas de gallo?
En general, los excesivos movimientos necesarios para parpadear, cerrar los ojos o expresar con la mirada son las causas más frecuentes que provocan la aparición de patas de gallo en los ojos.
Esto es debido a las sucesivas contracciones y relajaciones del músculos.
Sin embargo, estas gesticulaciones no son las únicas responsables de la aparición de las patas de gallo, otros factores como los agentes ambientales o el tabaco también favorecen su aparición.
La piel del contorno de los ojos
Seguro que has escuchado en varias ocasiones que la piel del contorno de los ojos es la más fina y delicada del rostro, razón por la que es tan importante cuidarla con productos específicos (2).
Esta piel cuenta con menos fibras de colágeno y elastina que el resto del cuerpo, además de que casi no tiene glándulas sebáceas. Esto da como resultado una piel con mayor tendencia a la sequedad, la deshidratación y, como consecuencia, a la aparición de arrugas que por supuesto se pueden prevenir.
Influencia genética
Nuestra predisposición genética también determina la mayor o menor incidencia de las patas de gallo (3).
Pero no nos referimos solo a la herencia genética a tener un tipo de piel u otro, sino también a la referente a la forma de gesticular con los ojos, que también heredamos de nuestros padres.
Envejecimiento
El paso del tiempo es otro de los factores desencadenantes de las patas de gallo, algo que, hasta el momento, no podemos evitar de ninguna manera.
Con el paso de los años, la piel pierde colágeno y elasticidad, así como también la capacidad de regenerarse y mantenerse correctamente hidratada.
En el contorno de los ojos, este proceso se acelera por el mayor movimiento de la piel en esa zona, debido a la expresión facial y la exposición constante a los factores externos, como el sol, el viento o el frío.
Gesticulación
Ya lo hemos comentado anteriormente. Cada día realizamos miles de expresiones con los párpados, lo que favorece la aparición de las patas de gallo, debido a que el contorno de los ojos es una de las zonas con más movimiento del rostro.
Problemas en el hígado
Si las patas de gallo aparecen a edades muy tempranas, como por ejemplo a los 20 años, por normal general su causa suele ser alguna debilidad en la función hepática.
Las causas de este mal funcionamiento del hígado suelen ser una mala alimentación, la toma de ciertos medicamentos, el consumo de alcohol o tabaco o los picos de estrés.
Lectura recomendada: ¿Por qué tengo patas de gallo si soy joven?
Déficit de silicio
El silicio es un mineral que juega un papel muy importante en regeneración de los tejidos del cuerpo humano, por lo que su déficit en el organismo puede provocar la aparición de patas de gallo.
Factores externos
Igual que el resto del rostro, los ojos son una zona en pleno contacto con el exterior, con lo cual está más expuesto a sufrir los daños de agentes como el sol, el frío y el viento, así como las partículas de suciedad ambiental, polución y contaminación.
Estos elementos pueden acelerar el envejecimiento de la zona, por lo que utilizar gafas de sol es muy útil para paliar los efectos de los agentes externos.
Estilo de vida
Algunas causas que pueden determinar la aparición de las patas de gallo dependen solo de nosotros mismos.
Entre las más comunes están el consumo de tabaco, que deshidrata en gran medida la piel, o tomar el sol sin protección, lo que provoca que las patas de gallo aparezcan de manera más temprana.
Además, la falta de hidratación también puede desencadenarlas, así que recuerda beber suficiente agua cada día, al menos 2 litros diarios, y mantener una dieta equilibrada, rica en vitaminas, minerales y antioxidantes, presentes en frutas y verduras (4).
Preguntas frecuentes
No hay una edad establecida a partir de la cual salen las patas de gallo. Hay personas que pueden notarlas a los 20 años, otras a los 35-40 y otras entre los 50 y 60 años. En ello influyen factores genéticos, el cuidado de la piel, así como los procesos biológicos y hormonales de cada persona.
Conclusiones finales
Como ves, a pesar de que la aparición de patas de gallo es inevitable, sabiendo los factores que las desencadenan puedes tomar medidas y los remedios adecuados para retrasar al máximo su aparición o reducir su apariencia en caso de que ya hayan hecho acto de presencia.
¡La prevención es clave!